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ABC Cultural

La deuda impagada con los héroes españoles que contribuyeron a la independencia de EE.UU.

Una exposición del Museo Naval abierta hasta febrero rescata la decisiva ayuda de Carlos III a la independencia de las Trece Colonias

Pintura naval sobre uno de los combates entre España e Inglaterra durante el siglo XVIII. ABC
César Cervera

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«Esta república ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como España y Francia. Mañana será gigante, y después un gigante irresistible», advirtió con dotes de adivinación el Conde de Aranda, el que fuera ministro de Carlos III más favorable a que España apoyara a las Trece Colonias en su levantamiento contra Inglaterra. La frase del aristócrata sobre lo que iban a ser los futuros Estados Unidos, una república fabricada por las dos grandes coronas de su tiempo, está colocada justo en la puerta de salida de la nueva exposición del Museo Naval, 'Del Caribe al Canal de la Mancha. La Armada española en la Independencia americana', para apuntalar la paradoja de que España contribuyera a crear un gigante tan olvidadizo.

El museo madrileño abre hoy, Día de la Hispanidad, las puertas de la que es su primera exposición temporal tras dos años marcados por la pandemia. «El objetivo es difundir el decisivo papel que jugó España, y en particular su Armada, en la independencia de EE.UU. Un pasado que vincula a ambos países en unos lazos fuertes», explica el almirante Marcial Gamboa, director del Instituto de Historia y Cultura Naval, sobre la razón de ser de una muestra que estará abierta hasta el 8 de febrero. Si bien EE.UU. pagó con olvido el apoyo, la Armada tiene tatuado en su esencia que nunca se olvida de los suyos.

España va a la guerra

Mapas, cuadros, espadas, cañones, maquetas y un traje de época embarcan al visitante rumbo al siglo XVIII. 'La Armada española en la Independencia americana' emplea 104 piezas (43 prestadas por instituciones como la Biblioteca Nacional, el Archivo de Indias, la Real Academia de Bellas Artes o El Prado) para navegar por los episodios de un conflicto contra los ingleses donde España se resistió en un primer momento a entrar, pero al que finalmente envió dinero, uniformes, armas y luego barcos. «España tenía dos facciones que veían los peligros y las ventajas de la guerra, por eso tardó tanto tiempo en entrar. Cuando lo hizo no fue por la independencia de las colonias, sino por sus propios objetivos», señala Berta Gasca, una de las comisarias de la muestra.

La exposición, enmarcada en un espacio que busca imitar las luchas navales con vigas de barco para sujetar las vitrinas y carteles de tela en forma de vela, se encuentra dividida en cuatro áreas. Las dos primeras partes se centran en la multitudinaria presencia española en Norteamérica antes de la guerra y en cómo encajó el episodio bélico en el reinado de Carlos III, que había puesto las esperanzas del imperio en la modernización de la Armada en el siglo XVII. «Queríamos destacar la figura del Rey que introdujo una nueva forma de pensar. Una labor de reformismo que venía a romper con el Antiguo Régimen», apunta Gasca.

Retrato de George Washington cedido a la exposición por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. ABC

El corazón de la exposición es la guerra en sí, donde se recorren los principales acontecimientos en los que participaron las armas españolas con gran éxito. La escuadra hispanofrancesa debilitó desde el Caribe al Canal de Mancha, pasando por el Mediterráneo, las fuerzas navales inglesas para impedir que llevaran refuerzos a sus ejércitos en Norteamérica. Por las paredes del museo desfilan los héroes que protagonizaron estas acciones, entre ellos Luis de Córdova, José de Mazarredo o José Solano y Bote, quien obtuvo el título del marqués del Socorro precisamente por el auxilio prestado a Bernardo de Gálvez en La Florida. «La clave del éxito de los españoles era el gran mantenimiento y provisión que le dotaba tener tantos puertos a su disposición», expresa la comisaria Inés Abril.

George Washington escribió a Carlos III para agradecer su ayuda en la lucha por la libertad. La intervención de la Armada en la guerra permitió a la nación emergente obtener una victoria ventajosa, pero no fue menos lo conseguido por la Monarquía española. De pocas guerras ha sacado tanto a tan bajo precio. El impresionante avance por La Florida situó al Imperio español en una posición ventajosa que el Conde de Aranda certificó en las mesas de diplomacia de Versalles.

La otra espina de la guerra fue haber contribuido a insuflar vida a un gigante republicano y hostil a la presencia europea, los futuros Estados Unidos

Por lo firmado en septiembre de 1783, España recuperó varias plazas en América Central, La Florida y Menorca, reconquistada en un rápido golpe de mano. Gibraltar, como de costumbre, se resistió a la enésima cornada del siglo. Además, la otra espina de la guerra fue haber contribuido a insuflar vida a un gigante republicano y hostil a la presencia europea, los futuros Estados Unidos, apuntando al costado de la América española. El hermano de armas pasó muy rápido a ser Caín.

«A partir de entonces eran los españoles quienes estaban enfrente. Y la razón por la que esto ha caído en el olvido también en España es porque nunca hemos hecho 'marketing' de nuestra historia y hemos dejado que otros escribieran el pasado», apunta el subdirector del museo, Juan Escrigas. Precisamente la última parte de 'La Armada española en la Independencia americana' reflexiona sobre las consecuencias de la paz y sobre la impronta cultural dejada por España en Norteamérica.

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